martes, 20 de octubre de 2015

Hechos 4:12
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombre, en que podamos ser salvos.

miércoles, 14 de octubre de 2015

El destino de los malos

1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón.
2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos.
3 Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos.
4 Porque no tienen congojas por su muerte, pues su vigor está entero.
5 No pasan trabajos como los otros mortales, ni son azotados como los demás hombres.
6 Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia.
7 Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón.
8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería.
9 Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra.
10 Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos.
11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?
12 He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, y lavado mis manos en inocencia;
14 Pues he sido azotado todo el día, y castigado todas las mañanas.
15 Si dijera yo: Hablaré como ellos, he aquí, a la generación de tus hijos engañaría.
16 Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí,
17 Hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos.
18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los harás caer.
19 !!Cómo han sido asolados de repente! perecieron, se consumieron de terrores.
20 Como sueño del que despierta, Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia.
21 Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas.
22 Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti.
23 Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha.
24 Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
26 Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.
28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.

Salmos 73.
                                     De nada sirve preocuparse

25 »Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?

26 »Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?

27 »¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?

28 »¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan;

29 »sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.

30 »Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?
31 »Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”

32 »Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan.

33 »Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.

34 »Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.

Mateo 6:25-34
                               Tesoros en el cielo
19 »No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar.
20 »Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. 
21 »Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
22 »El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz. 
23 »Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!
24 »Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.

Mateo 6:19-24
                 El Sermón del monte: Las bienaventuranzas
1. Viendo a la multitud, subió al monte: y sentándose, vinieron a él sus discípulos
2. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
3. Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
4. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
5. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
6. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
7. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
8. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
9. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
10. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
12. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
13. Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿Con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.

Mateo 5:1-13

domingo, 11 de octubre de 2015

viernes, 9 de octubre de 2015

"13. Entonces las doncellas danzarán con alegría, lo mismo que los jóvenes y los ancianos Yo los consolaré, y cambiaré sus lágrimas en gozo y su dolor en alegría
14. Satisfaré abundantemente y con lo mejor el hambre y la sed de los sacerdotes de mi pueblo"
Jeremías 31:13-14